A lo largo de estos meses, he tratado con numerosos gestores
de escuelas deportivas. Todos, o casi todos, me habla de inculcar todos los valores
que aporta el deporte: el compañerismo, esfuerzo, humildad, sacrificio,
etc.
Pero pocos a la hora de la verdad transmiten esas ideas a su
grupo de entrenadores que son los que, al fin y al cabo, que tratan con los
niños más directamente y pueden trasmitir esos valores.
Cuando les preguntas por su staff técnico, hablan de entrenadores
preparados, muchos con titulaciones relacionadas con las actividades físicas,
otros con carnet de entrenador, todos con el curso de monitor deportivo, etc.
Hablan de coordinadores de metodología, que marcan las
tareas a realizar por parte de los entrenadores, trazan una línea de trabajo
para los entrenadores de tal manera que la escuela tenga un estilo de juego
determinado y trabajado desde la base.
Casi todos cuentan con algún fisioterapeuta que ayuda a los
lesionados a recuperarse rápidamente o a prevenir lesiones aconsejando a los
técnicos determinados ejercicios.
Así las escuelas deportivas tienen todas las herramientas
para formar a los jugadores, para que sepan jugar al fútbol, para que sean
técnicamente buenos, físicamente aptos.
Pero, ¿quién les enseña a ser mejores personas?¿Quién y cómo
se les inculcan esos valores que vemos colgados en carteles por todas las
escuelas deportivas?
Aquí el papel reside en el entrenador, sin embargo, a lo
largo de las diferentes titulaciones que les capacitan para desempeñar sus
tareas, cuentan con pocas o, en ocasiones ninguna, asignaturas relacionadas con
la psicología deportiva a través de la cual podemos trabajar el grupo para que
esté formado también en valores.
Por esta razón, al igual que se cuentan con expertos en
tácticas, expertos en el cuidado de las lesiones de los jugadores, las escuelas
deportivas deberían contar con la figura del psicólogo o pedagogo que enseñara
a los entrenadores a gestionar los equipos, a gestionar los vestuarios. Un
psicólogo puede enseñar a los entrenadores a:
- Comunicarse eficazmente con sus jugadores las instrucciones y la finalidad de los ejercicios. La forma y el modo son muy importantes
- Saber escuchar al equipo.
- Motivar al equipo y a los jugadores.
- Controlar sus emociones y la de sus jugadores.
- Optimizar las relaciones con los padres de los jugadores, en muchas ocasiones un verdadero problema para las escuelas.
De esta manera, el psicólogo puede colaborar en crear una
cultura de valores dentro de la escuela, promoviéndola a través de los
entrenadores.